sábado, 28 de agosto de 2010

cúáréntáídós.

Pez soluble 17.


''En una magnífica tarde de septiembre, en un parque, dos hombres hablan del amor, naturalmente, ya que corría el mes de septiembre, al término de una de esas polvorientas jornadas que regalan a las mujeres unas joyas tan minúsculas que muy mal hacen a sus servidores en arrojarlas por la ventana al día siguiente, sirviéndose, para desprenderlas, de uno de esos instrumentos de música cuyo sonido siempre ha conmovido de manera especialísima mi corazón, y que se denominan cepillos. Hay muchas clases de cepillos, entre ellas citaré, con el fin de no ser exhaustivo, el cepillo para el pelo y el cepillo para dar brillo. También están el sol y los guantes de crin, pero no son cepillos propiamente hablando.
Así que es que los dos hombres se paseaban por el parque fumando grandes cigarros que, pese a estar en parte consumidos, todavía medían, el uno un metro diez, y el otro un metro treinta y cinco. Una vez que les haya dicho que ambos cigarros fueron encendidos al mismo tiempo, podrán ustedes buscar las razones de la diferencia antes expresada. El más jóven de los dos hombres, aquel que la ceniza de cuyo cigarro era una mujer rubia que el hombre podía ver muy bien si bajaba un poco la vista y que daba muestras de exaltación inaudita, cogía del brazo al segundo, la ceniza de cuyo cigarro, una mujer morena, ya había caído.''
                                                            
                                                 
                          
                                                          André Breton.

2 vaso/s de agua: